Empoderamiento: Adquisición de poder e independencia por parte de alguien o de un grupo que busca mejorar su situación. Del inglés, empowerment, del verbo ‘to empower’(que significa “conferir poderes”).
Aunque nos parezca increíble, en la actualidad nos encontramos con niños preocupados por su peso y su imagen corporal incluso desde antes de entrar a la escuela. Existen señales de cuestionamientos que parten desde el primer ciclo de vida de los pequeños relacionados con su apariencia física desde apenas de los 3 y 5 años.
Un tercio de estos responsables han escuchado a un niño o niña referirse a sí mismo como "gordo(a)" y un 10 % les ha escuchado decir que se sienten feos.
Hace poco, conversando con una amiga, estaba muy enojada porque en sus redes sociales subió una fotografía de ella con una polera escotada y en menos de una hora recibió muchos mensajes privados de “seguidores” que habituaban darle ‘me gusta’ a sus publicaciones pero esta vez hablando de lo mal que se veía mostrando tanto; que no era necesario ser “así de fácil” para llamar la atención y que con lo linda que era no necesitaba llegar a eso.
Cada vez que vuelvo a hablar de eso - o a escribirlo – vuelvo a sentirme confundida. ¿Qué? ¿Es verdad que hay una persona, que ni siquiera te conoce, diciendo lo que debes y no debes hacer con tu cuerpo? ¿Es real que la gente se siente con el derecho de hablar sobre tú cuerpo y sobre lo que haces y no haces con él y para él?
Bien. En uno de los artículos pasados conversamos sobre el tema de la autoaceptación del cuerpo y que estamos en un momento de transición donde se nos hace una invitación para querernos y amarnos tal como somos. Este tema tiene estrecha relación con este pero va aún mucho más allá. Ya no solo hablamos de aceptarnos (que de por sí es bastante complicado) si no que hablamos de tomar el poder que nos corresponde a nosotros (y solo nosotros) sobre nuestro cuerpo.
El empoderamiento se refiere a la capacidad de ser autosuficiente y de responsabilizarse de uno mismo y sus decisiones y así poder poner un alto a las estructuras que nos pueden reprimir. (Y con esto hablamos a todos por igual)
Entendiendo así el empoderamiento ¿Cómo podríamos trasladarlo al propio cuerpo? ¿En qué momento mi cuerpo deja de ser mío? ¿Qué puede pasar si nos empoderamos de nuestros cuerpos?. Culturalmente las mujeres hemos sido de un otro y las decisiones sobre nosotras las han tomado otros, ya sea padres y/o esposos. Pero en este post queremos hablar de todos por igual. TODOS, alguna vez hemos sido víctimas de comentarios de terceros que afectan, atacan y comunican directamente sobre nuestro cuerpo y nuestro comportamiento. Y la idea de hablar de esto es intentar tomar conciencia de este tipo de actitudes y empezar a entender que en verdad lo que tú hagas depende netamente de ti.
¿Has vivido algún tipo de comentario de este tipo?
En fin. Esta lista podría ser INMENSA. Y es que en verdad en muchas ocasiones la gente tiende a opinar sobre nuestro cuerpo y eso afecta directamente sobre nuestra mente. Desde niños nos criamos creyendo que todo el mundo puede opinar de ti y tu aspecto físico y eso nos condiciona a crecer pensando en lo que queremos hacer mezclado con qué piensa el resto de mí.
Culturamente “debemos ser y hacer” lo que esperan los otros; en algunos casos de manera súper fuerte y en otros de una manera muy inconsciente pero lo cierto es que todos en alguna medida hemos sentido esta presión. Si llegamos a plantear necesidades tipo “quiero vestirme de esta forma porque a mí me gusta” o “quiero hacer esto en mi cuerpo porque siento que es lo que quiero” la sociedad nos juzga para que nos sintamos culpables con nuestras decisiones y al final sin darnos cuenta nos arrepentimos de ellas.
Hay que entender esto: Estar orgulloso de tu cuerpo o de tu sexualidad no te hacen menos ni más que nadie.
Y es que así debería ser siempre, ni más ni menos. No se trata de endiosarnos, se trata simplemente de entender que nuestro cuerpo y nuestra mente, es decir nuestro ser completo nos pertenece solamente a nosotros y de nosotros depende lo que hagamos, digamos o sintamos. Si queremos vestirnos, si queremos pensar, si queremos ser de una manera u otra depende solo de nosotros. Y nadie ni nada debería cambiarlo.
A si es que la invitación está hecha: Ser nosotros mismos sin importarnos nada más. Y esto ni siquiera debería ser una invitación, es un derecho. Es más, debería ser una ley.
Es una hierba excelente y muy versátil. El poder relajante que ejerce sobre nuestro estado de ánimo y nuestro cuerpo ayuda en todo momento y de una manera sencilla. Además de que es simple y eficaz y fácil de conseguir. ¿Qué mejor?