Hoy no vamos a dar tips.
Tampoco vamos a hacer una lista de los diez más imprescindibles, ni mucho menos vamos a dar datos científicos.
Hoy nos quisimos tomar este espacio para hablar de un tema que nos convoca a todos y que si bien suena fácil decirlo la verdad es que cuesta mucho razonarlo y sobre todo ponerlo en práctica, pero pucha que hace falta.
Hoy nos queremos regalar el Sábado para hablar de la autoaceptación.
¡Qué gran palabra! Pero finalmente ¿Qué es autoaceptarse?
Buscando por aquí y por allá dimos con Albert Ellis, un psicólogo muy influyente en terapia cognitiva y creador de la terapia racional emotiva conductual (TREC). Él, entre muchas de sus definiciones, se refiere a la autoaceptación como al “hecho de aceptarse a sí mismo de forma plena y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta de forma inteligente, correcta o incorrectamente, y tanto si los demás le conceden o no su aprobación, el respeto y su amor”.
Si bien tengo algunos puntos a rebatir en relación a esta frase (porque básicamente quién es uno para decir qué es inteligente y que no) creo que es una definición bastante acertada y se acerca mucho a lo que siento que es autoaceptarse.
Aceptarte como persona es aceptar todo, absolutamente todo de ti. Es entender que la perfección no existe y es un concepto creado por marcas de retail, por publicidad, por la sociedad y por una infinidad de cosas más. Es aceptar el hecho de que somos personas de carne y hueso que sentimos, que amamos, que pensamos, que vivimos y que fluimos todas de maneras completamente diferentes. No hay una manera correcta de vivir ni de hacer las cosas. No hay un cuerpo perfecto, no hay una piel perfecta. Hay seres humanos que evolucionan, crecen, sienten y sobre todo viven. Y vivir significa marcas de guerra en el cuerpo que nos recuerdan lo fuertes que somos.
Es decir, cada lunar, cada cicatriz, cada mancha, cada marca en tu cuerpo, es señal de progreso y fuerza. De aguante y de avanzar. Creo que esta es la parte más difícil. Porque aceptar nuestro cuerpo con todo lo que esto implica es un proceso que necesita tiempo y quizás pueda ser doloroso, porque lamentablemente estamos inmersos en una sociedad donde la gente cree que tiene derecho a opinar sobre ti y al tener demasiadas opiniones sobre un mismo tema se termina anulando todo.
Sin embargo, escribimos esto como un recordatorio.
Sí, es difícil el camino para lograrlo, pero no imposible.
Autoaceptarnos es encontrar la paz interior, hallar una paz indescriptible con nosotros mismos. Así mismo, te permite no escapar de los problemas y aceptarlos, porque entender que los fallos son humanos es sano para ser feliz. Como leímos por ahí: “La autoaceptación es, sin duda, una victoria en el ring de tu vida”. Y claro que lo es. Porque finalmente todo lo que tiene relación contigo es completa y solamente tuyo. A si es que, ¡Vamos! Parte dedicándote unos minutos al día solo para ti. Para pararte frente a un espejo y sonreírte, conversarte. Para mirar al techo y pensar lo increíble que estás haciendo todo. Para mirar esa cicatriz en la piel y pensar que todo lo que pasó hacia atrás sin duda hoy te hace mucho más fuerte. Sabemos que escribir y leer esto es fácil pero llevarlo a la práctica es lo que se pone difícil pero sinceramente, el primer paso para querer tu cuerpo y tu mente es dejar de escuchar al resto y comenzar a escucharte a ti. Solo a ti.
¡Que tengan un lindo Sábado, con lunarcitos, marquitas, estrías, sonrisas y todo!
Es una hierba excelente y muy versátil. El poder relajante que ejerce sobre nuestro estado de ánimo y nuestro cuerpo ayuda en todo momento y de una manera sencilla. Además de que es simple y eficaz y fácil de conseguir. ¿Qué mejor?